domingo, 17 de mayo de 2009

Casa De Tres Paredes


"Estoy construyendo una casa de tres paredes.No es un buen diseño.Con una pared expuesta a las inclemencias del tiempo, nunca podrá dar un buencobijo para los fríos vientos de la vida. Sería mucho mejor que tuviera cuatro paredes,pero uno de los lados no tiene cimientos, por lo que sólo puedo levantar tres paredes.La estoy construyendo en los escombros de la casa que tenía antes.Era un lugar sólido y acogedor y era donde más me gustaba estar en este mundo.Tenía cuatro buenas paredes y yo pensaba que podría soportar la tormenta más violenta.Pero no fue así.Una tormenta que va más allá de mi capacidad de comprensión echó lacasa abajo y dejó sus fragmentos a mi alrededor, en el suelo.Durante algún tiempo he estado paseando entre los restos de mi vida, buscando pequeñosrecuerdos de lo magnífico que era ese lugar. Pero estas ruinas no hacen justicia a la casaque antes hubo en este lugar. La grava de un río no puede reflejar la grandeza de la montañadonde está la roca de la que se desprendió. Estas piezas hechas pedazos no pueden decir nadade la calidez que este lugar tenía antes.Y, sin embargo, el sólo hecho de pensar en reconstruirla parece un sacrilegio. ¿Hay alguna leyque diga que esta tierra tenga que quedar yerma?. No hay ninguna estructura que puedeaproximarse a la belleza de la que había antes. Desde que esa tormenta echó mi casa abajo,he dejado las vigas y las piedras rotas encima de mí, como un santuario de la pérdida, sin hacercaso de la necesidad de resguardarme de las tormentas más pequeñas que aún puedo encontrarmeen el camino.Pero parece que ese camino está plagado de santuarios y los monumentos me impiden ver el almacon la que quiero estar en contacto.Hacemos construcciones para señalar acontecimientos y olvidamos la vida que dió lugar a esosacontecimientos. Lo mismo sucede con mi propio recuerdo amargo.Conservo los escombros que parecen decirme que su muerte fue el momento que definió laexistencia de mi hijo. Si siguen en ruinas no podré olvidar que ha muerto. Pero..¿no debería recordar cómo vivió? Qué duro es recordar la belleza que tuvo su vida desde esta tristeza.Este montón destrozado puede reflejar como ha quedado mi corazón, pero no hace justiciaa la memoria de mi hijo.Y por eso tengo que volver a construir. No, como muchos curiosos dirían, porque vuelva anecesitar cobijo. La tormenta ahora viaja conmigo y no puedo cobijarme de esta tempestad conpuertas o paredes.Quien puede enseñarme a construir aquí? No hay arquitectos, ni expertos que sepan diseñarcasas de tres paredes. Pero, entonces, ¿por qué hay tantas personas que quieren darme consejos?"Sigue adelante", me dicen, convencidos de que otra casa puede reemplazar la que he perdido.¿Acaso no saben lo atados que estamos a las casas que construimos? No hay ningún alma queacepte a gusto un cambio de residencia y, si "siguiera adelante", habría una parte de mí que sequedaría atrás. Cada vez tengo más cuidado con estas indicaciones equivocadas, que suelendarse con gran convencimiento.Me dicen que el tiempo lo cura todo, como si estos escombros fueran a volver a unirse sóloporque yo les diera todo mi tiempo. Algunas personas se paran a mirar y me dicen que tengo quelevantar otra pared. Como si pudiera elegir..Sé que mis vecinos desean más que nadie volver a verme instalado en una casa segura. Pero,en realidad, también les preocupa el aire de abandono que estas ruinas dan a la calle.Les gustaría que edificara otra casa sólo para no tener que ver este recordatorio de lo cruelque puede ser la naturaleza. Con cada nueva hilera de ladrillos, un suspiro de alivio.Presionado para disfrazar las evidencias externas de mis problemas, pongo revestimientose instalo contraventanas antes de colocar los marcos en su sitio.¿Construir de fuera hacia adentro es la forma más sensata de construir una casa? Lo dudo..Entre aquellos que desean volver a ver mi casa en pie también hay verdaderos héroes, personasque no se amilanan ante los escombros. No es nada agradable para ellos porque se llenan de polvoy no pueden quitárselo hasta que se marchan a sus casas.Entienden que la cuarta pared ha desaparecido para siempre y no pretenden que sea de otro modo.Están dispuestos a recordar conmigo lo perfecta que era mi casa. Y me ayudan a levantar piedras cuando intento volver a ponerlas en su lugar. Pero, sobre todo, se dan cuenta de lo difícil que es esta tarea y no dicen nada del tiempo que debería tardar en terminarla.Cuando contemplo el trabajo que me queda por hacer, me cuesta encontrar la voluntad que necesitopara sacar adelante el proyecto. Trabajé muy duro para construir mi primera casa y sin embargo séque ésta será mucho más difícil de levantar. Mis materiales son los que ahora están rotos a mis pies.De algún modo tengo que volver a encajar estas piezas. Y hay una pregunta que me va martillandopara que abandone: "De todos modos, ¿acaso las casas de tres paredes sirven para algo?".La única respuesta que puedo encontrar es que son más útiles que un montón de rocas y cenizas.Sé que, incluso cuando acabe de construir este lugar, será imperfecto.Dentro de algún tiempo mi casa estará en pié entre las de mis vecinos y no tendrá el aspecto descuidado y destrozado. Y, cuando haga buen tiempo, miraré la pared que le faltará viendo más la belleza que tuvo que la amargura por lo que perdí.Pero, cuando las nubes descarguen, la pared que falta me dejará expuesto a la lluvia. Los suelos ylas paredes temblarán y chirriarán con el viento. Al final, lo mejor que toda mi voluntad y esfuerzopodrán conseguir sólo pondrán de manifiesto lo importante que era esa pared para que mi casa,estuviera completa.Pero, si esto puede tener sentido para otras personas, ya es suficiente motivo para construirla.Debo recuperar mi vida porque sólo entonces podré volver a percibir la gloria de lo que podríahaber tenido.Tengo que construir esa casa imperfecta de tres paredes porque me permitirá ver lo fantásticaque era la original cuando estaba en pie.Su vida fue un testimonio brillante de valor y personalidad y, si quiero honrar su memoria,debo vivir siguiendo su ejemplo.

Steven Ryan





Steve Ryan es un padre que sufrió la pérdida de su hijo, Sean, nacido en marzo de 1994 con una grave lesión renal.A lo largo de su vida, Sean nunca abandonó su buen humor y sus ganas de vivir. Su padre cree que les enseñó con su ejemplo, a él, su esposa y su hermano, que hoy, (2000), tiene seis años, a superar las adversidades en lugar de sobrevivir, sin más. Murió el 1 de Mayo de 1996, por las complicaciones de un transplante de riñón. Trás su muerte, su papá empezó a luchar contra la incoherencia que había entre sus propios sentimientos y el ejemplo de Sean. Escribió entonces esta historia metafórica, "Casas de tres paredes", como un mensaje a "sí mismo" en el que se recordaba por qué tenía que vivir su vida en lugar de quedar atrapado por su ira amarga y el deseo de recuperar a su hijo.

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